martes, 5 de julio de 2011

¿Qué queremos realmente en nuestras vidas?


El objetivo más importante del mundo.

Siempre ha existido una pugna entre lo material y lo espiritual. Es decir, perseguir algo material o algo espiritual como prioridad en la vida. Recuerdo haber mencionado en un curso esta semana una película que en castellano se llamó “El secreto del éxito” en la que actúa Dany de Vito y en la que un vendedor que tiene la gran oportunidad de tener un tiempo a solas con un gran potencial cliente, en lugar de venderle los productos de la empresa para la que trabaja utiliza ese precioso tiempo para hablar de Jesucristo.

Cuando es confrontado por su jefe, el vendedor no puede más que contestar que para él Jesucristo es mucho más importante que las ventas mundanas de esa empresa.

Y, en su punto de vista, tiene razón.

¿Qué es lo que los seres humanos realmente perseguimos en nuestras vidas?
¿Es  lo que perseguimos lo que realmente deberíamos de perseguir?

Antes de contestar esta pregunta debemos de hacer una pequeña distinción.

Los humanos perseguimos dos tipos de metas u objetivos: los conscientes y los inconscientes.
Conscientemente parecemos perseguir conceptos tales como “éxito”, “desarrollo”, “la pareja ideal”, “dinero”, etc.

Pero inconscientemente parece que estamos diseñados para otra cosa, para otros objetivos. Sin intentar convencerte de nada, voy a compartir contigo aquello para lo que parece que estamos diseñados, aquello que parece nuestro objetivo natural. Estamos diseñados para buscar elevar nuestro nivel de conciencia.

“Buscad primero el reino de Dios y el resto se os dará por añadidura”

Te voy a revelar lo que yo sé y sólo te pido que si cuadra con tus creencias lo dejes vivir en tu interior.

Yo sé que somos. Que dentro de nuestro cuerpo mora una expresión total de Dios haciéndose presente, nuestra presencia divina, todopoderosa, extraordinaria y unida en esencia a la totalidad. Yo sé que vivimos una experiencia ilusoria y no esencialmente real llamada vida y que nos sirve fundamentalmente para el más grande objetivo que perseguimos.
En algún instante del tiempo perdimos conciencia de nuestra verdadera esencia y de nuestro auténtico poder y nuestro más grande objetivo es recuperar la conciencia.
Buscamos de manera inconsciente elevar nuestro nivel de conciencia, buscamos darnos cuenta de nuestro poder. Y todo lo que nos pasa nos pasa para incrementar nuestro nivel de conciencia y alcanzar la iluminación.

Pero es una decisión, es libre albedrio. Podemos, si así lo deseamos, mantener nuestro escaso o inexistente nivel de conciencia y mantener entonces esta disfunción colectiva que nos guiará de manera inevitable a la auto destrucción.

Date cuenta de que eres la criatura más grande de la creación. Descubrimos cada día que nuestras herramientas (el cerebro, por ejemplo) fueron diseñadas para algo mucho más inmenso que únicamente pensar o comer o discutir y tener la razón.

Descubre tu verdadera esencia y terminarás dándote cuenta de que sólo cosas extraordinarias te pueden pasar. Por el momento, sólo piensa en la presencia divina interna y despreocúpate del cómo elevar tu nivel de conciencia, porque todo lo que te pasa está pensado para, si así lo deseas, llevarte gratuitamente a la iluminación, a la libertad.

Piensa en ello,

Francisco Cáceres Senn

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