miércoles, 27 de enero de 2010

Cómo cambiar su vida con la iTablet.


Hoy, 27 de enero del 2010, el mundo de la tecnología está esperando una noticia muy especial.
Es posible leer encabezados por todo el Internet que rezan: "Un nuevo dispositivo que puede cambiar radicalmente su vida".
¿De qué estoy hablando? En un momento le indico. Antes, le ruego reflexione conmigo acerca de la idea de cambio en nuestras vidas.
¿Realmente sigue creyendo que algo externo puede cambiar su interior? Es sensacional descubrir en los eventos de cada día como seguimos siendo víctimas del programa "lo de afuera modifica lo de adentro", cuando es exactamente al revés.
"Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo", decía Gandhi, pero nos seguimos resistiendo ante lo atrevido de semejante idea.
Y cada mensaje publicitario nos recuerda nuestra incapacidad para cambiar desde adentro y nuestra dependencia enfermiza de algo que venga de fuera a darnos el tipo de vida que deseamos.
No importa que tantas veces veamos la película El Secreto o Y tú… ¿Qué sabes?, mientras no entendamos esta idea de que el cambio se realiza desde adentro y se refleja en nuestro exterior, jamás viviremos una experiencia diferente a la que ya estamos viviendo.
Caeremos una y otra vez en la trampa de comprar algo nuevo, cambiar de casa, esposa, amigos, lo que sea, para darnos cuenta de que seguimos viviendo las mismas experiencias conflictivas y limitaciones de siempre.
Por eso es que desde hace ya dos años, invitamos a todas las personas registradas en nuestra revista electrónica a asistir sin costo al evento Introducción a la Reingeniería Personal y a darse cuenta de que el cambio está en su interior y no en el exterior.
Y regresando al evento de tecnología que hoy sacudirá al mundo, se trata de un artefacto verdaderamente innovador: la llamada ITablet de Apple.
No soy en lo más mínimo enemigo de la tecnología, muy al contrario. Con seguridad, terminaré comprando uno de estos nuevos artefactos y disfrutando de las nuevas funciones incorporadas.
Pero no sucumbiré un ápice ante la espantosa idea de que hará que mi vida sea mejor, porque el único que puede hacer que mi vida sea mejor soy yo. De hecho, si lo piensa con algo de detenimiento, la ITablet (este no es todavía su nombre oficial) sólo hará que la vida de Steve Jobs sea mejor. Para eso la diseñó y le dedicó tantas horas de trabajo y esfuerzo.
Fue para cambiar su vida, no la mía. Y en verdad que es un hombre a quien admirar por cuanto que ha dominado el proceso de Reingeniería Personal, desde mi punto de vista.
Lo invito a ver el mundo desde esta nueva, retadora y sorprendente perspectiva: si quiere modificar su exterior, comience primero desde adentro.
Piense en ello,


Francisco Cáceres Senn

martes, 19 de enero de 2010

Cómo romper patrones de conducta.

Existe una costumbre ancestral, de desconocidos orígenes, y sin embargo aplicada casi universalmente. Es la de los propósitos de año nuevo.

No siempre hemos tenido como humanidad la misma medición de lo que un año significa. De hecho, hasta la fecha, no todos los países celebramos el 31 de Diciembre como el último día del año.

Y el punto es que no importa, porque la costumbre mencionada tiene más que ver con ciclos terminados y el análisis que hacemos de los mismos.

Como humanos, tendemos a crear ciclos de tiempo para medir nuestro avance o definir ciertas conductas repetitivas y patrones. Algunos de estos patrones son instintivos, naturales, como nuestra reacción fisiológica y hormonal al ciclo del día y la noche, o de las estaciones del año.

Al final de cada ciclo, algunos buscamos hacer una revisión de logros y, en consecuencia, nos ponemos una serie de metas o propósitos que asumimos harán nuestra vida mejor y darán prueba de nuestra fuerza de voluntad.

Entre los más comunes se encuentran los de pérdida de peso, reducción o eliminación de deudas en tarjetas de crédito, mejorar la condición físico-atlética o aprender alguna nueva habilidad o destreza (otro idioma, un curso de postgrado, etc.).

Menos comunes son por ejemplo, lograr la independencia financiera, hacer mi primer millón de dólares, pesos, pesetas o euros, poner mi negocio e independizarme o mejorar radicalmente mi relación sentimental.

Lo más extraño es que estas últimas situaciones, son las que más nos van a estar ocupando durante el resto del año, pero no en forma de propósitos o metas sino en forma de problemas.

Lo interesante es que, cualquiera que sea la meta de principios de año establecida, los expertos en conducta humana han descubierto que para el 15 de enero, el 95% de los seres humanos ya rompieron alguna o todas de las nuevas reglas de conducta determinadas para alcanzar los propósitos de año nuevo.

Es decir, para el 15 de enero, el 95% de las personas ya saben, aunque prefieran ignorarlo, que sus propósitos fueron simplemente una lista de buenos deseos y nada más.

Y aquí puede surgir una gran pregunta (yo siempre ando en busca de grandes preguntas): ¿Por qué es tan difícil para los seres humanos cambiar conductas, modificar patrones, sustituir hábitos dañinos por otros más beneficiosos?

Antes de contestar esta pregunta con lo que yo pienso, le ruego que considere las siguientes consideraciones:

• No crea una palabra de lo que yo diga.

• La única forma de saberlo a ciencia cierta es probándolo. Para mí sí funciona y por eso lo comento. Viene de mi experiencia directa y de otros varios miles de personas. Pero esto no prueba que vaya a funcionar para usted, solo que vale la pena intentarlo.

Estas son 4 posibles razones que explican la anterior gran pregunta:

1. La creencia de que cambiar es difícil y que con el paso del tiempo, la edad, se hace todavía más difícil. Esta es una mentira insultante para la inteligencia y cualquiera que la exprese como parte de su lenguaje común debiera ser multado como delito grave y castigado severamente. Cambiar no es difícil… cuando se sabe cómo. De hecho, es tan fácil como para un político explicar por qué la situación económica es malísima y no se puede hacer nada al respecto, a pesar de lo cual, sin él nos iría mucho peor.

2. Mayor orientación al “cómo” lograr las cosas que al “qué” queremos lograr. Verá, estamos muy preocupados por el “cómo” pero nuestra limitada inteligencia y nuestros modelos del mundo construidos nos impiden encontrar “cómos” posibles, por lo que nuestros objetivos se van diluyendo inevitablemente en el baúl de los deseos.

Aunque yo o usted no las conozcamos, existen múltiples formas de lograr cualquier cosa que se proponga. La creatividad, habilidad inherente a cualquier ser humano, se desarrolla al adentrarnos en el mundo de las infinitas posibilidades.

Como dice Mike Dooley en la famosísima película El Secreto: “Los “cómos” son el dominio del Universo”.

3. Toda conducta repetitiva tiene detonadores de la misma. Nuestra falta de auto consciencia acerca de nuestros actos y sentimientos nos provoca caer una y otra vez en las mismas conductas. Pero si Usted presta un poco de atención a su interior, rápidamente descubrirá qué detonantes provocan las conductas que desea modificar.

Y una vez identificados estos detonantes, podrá a voluntad detener la respuesta no deseada y escoger libremente una mejor respuesta.

Es decir, una vez rota la relación entre el estímulo y la respuesta, acaba de romper un hábito por el resto de su vida. Construir uno nuevo, es tan fácil como romper el viejo: requiere de motivación, repetición y algo de tiempo (los expertos consideran que unos 30 días, más o menos).

4. Revise su lista de propósitos y metas todos los días. Es sorprendente la cantidad de personas que hacen sus propósitos de año nuevo y no los escriben. Y es aún más sorprendente la cantidad de personas que los escribe pero nunca más los vuelve a revisar.

Y cada vez que la revise, trate de identificarse con dichos propósitos, de vivirlos como si ya fueran reales o estuvieran presentes. Si no lo emocionan suficientemente, no tenga de miedo de cambiarlos por otros más emocionantes o atractivos.

En resumen: Aprenda a cambiar y experimente por usted mismo lo fácil que resulta con las herramientas adecuadas, defina con claridad qué quiere olvidándose de cómo lo va a conseguir, identifique os detonadores y, por último, viva sus propósitos para que se hagan realidad.

Y el próximo 15 de enero, no permita que las estadísticas vuelvan a demostrar que no somos capaces de escribir nuestro destino.

Piense en ello.


Francisco Cáceres Senn