viernes, 29 de abril de 2011

¿Sientes preocupación por algo? He aquí el remedio


¿Has estado preocupado/a por algo en el pasado? ¿Estás preocupado en este momento en el presente? Casi todo el mundo que conozco, desde jóvenes, muy jóvenes, ya hemos aprendido el extraordinario arte de preocuparse.

Pero, ¿qué es la preocupación? Como su nombre indica, es ocuparse de algo mentalmente, aún antes de que ocurra. Pre-ocuparse.

Sí, ya sé que se lo sabes, y aún con todo lo voy a repetir
 Se trata de un viejo dicho budista:
“Si el problema tiene solución, ¿de qué sirve preocuparse? Y si no la tiene, ¿de qué sirve preocuparse?”

El punto es que preocuparse parece tener poco o ningún sentido práctico, pero sí parece tener un efecto real sobre nuestros sistemas nervioso e inmunológico.

Tenemos muy poca memoria y se nos olvidan nuestras grandes fortalezas que sirven para vencer cualquier situación o problema. Conociendo al ser humano cada día más, podría fácilmente decir que no existe problema que no pudiéramos resolver, algunos inclusive de manera simple y sencilla.

Aprender algo no significa saberlo intelectualmente sino haberlo experimentado. Aprender que somos muy poderosos no se consigue mediante la lectura constante ni asistiendo a seminarios. Los medios mencionados sólo sirven para indicar el camino a seguir pero nada sustituye al destino de ese camino. Sabrás lo poderoso o poderosa que eres cuando experimentes ese poder. Nunca nada será igual a partir de ese momento.

Hace poco impartí un seminario a Másters en el programa de Reingeniería Personal. Tengo la impresión de que no conseguí transmitir el mensaje. El mensaje era este: “Todo lo que necesitas para tu felicidad está aquí y ahora. No lo busques en otro lado más que en ti.”

Y, creo, todos ellos trataron de entender mis palabras intelectualmente y con la mente. Misión imposible, por cuanto la mente y nuestro pensamiento es el enemigo más grande que tenemos para experimentar nuestro auténtico y esencial poder.

A la mente no se la apaga, se la educa. No se la apaga pero no porque sea malo apagarla, sino porque no tiene botón de apagado. Cuando nos preocupamos lo que ocurre es que nosotros estamos definitivamente en el presente, por lo menos ahí está nuestro cuerpo, pero la mente se mantiene neciamente en el futuro, que no existe.

Ahora bien, para preocuparnos, necesitamos crear mentalmente un futuro por lo menos peor que el presente y el pasado, justificando ante ese futuro la autorización para preocuparnos. 

El caso es que ninguno de los dos estados alternos al presente, pasado y futuro, existen, por lo que la única acción lógica y posible se puede ejercer sobre el ahora. Es como tomar antibiótico por si acaso mañana nos da gripe.

Sin más vueltas, quisiera compartir contigo ciertos aspectos que nos permitirán vivir una vida libre de preocupaciones:
  1. 1.    Recuerda que los científicos han demostrado desde hace decenas de años que nuestra experiencia de vida que llamamos real no es más que una proyección de nuestra percepción. Ahora si el ahora es falso, imagínate el pasado y el futuro.
  2. 2.  Aprende a disfrutar lo que tienes ahora, lo que eres ahora y lo que haces ahora. Si no lo puedes disfrutar, lo que sea, en este momento, te aseguro que jamás disfrutarás lo que sea que hagas en los ahora de después. Entiende que has hecho ya un hábito de no disfrutar y que este hábito seguirá funcionando hasta que lo detengas conscientemente.
  3. 3.  Educa a tu mente. Por esta razón nuestro primer seminario del Máster es Diseñando tu destino que está dirigido particularmente a os tres mecanismos de comunicación con nuestra mente y que normalmente están absolutamente fuera de control: las palabras, la fisiología y nuestros pensamientos más constantes y sistemáticos (representaciones internas). Sé que puede sonar complicado pero una vez que lo conoces, es de lo más simple.
  4. 4.    Elimina las quejas de tu vida, cámbialas por elogios sinceros o apreciación de lo que es, de lo que hay. Tu continuo enfoque a lo que falta, a lo que no hay, es también un hábito que hay que desterrar y el mejor comienzo es por eliminar las quejas.
  5. 5.    Recuerda que es mentira que tenemos que tener problemas como parte de nuestra condición de estar vivos, que es mentira que dependemos de lo exterior y de los demás para alcanzar nuestras metas, que es mentira que nos tenemos que resignar a nuestras limitaciones, que es mentira que no puedes cambiar, que es una absoluta y rotunda mentira que no somos especiales y, por último, que es una mentira tamaño Everest, que no tenemos dentro la semilla de la iluminación, porque está dentro de ti.

Pero no busques entenderlo, porque solo vas a lograr preocuparte de más. Busca vivirlo y para vivirlo sólo necesitas sentir la grandeza del presente, del ahora, lo maravilloso de estar vivo y seguir respirando y teniendo la oportunidad a cada instante de encontrarnos con nuestro verdadero ser y todo su poder.

Francisco Cáceres Senn

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