viernes, 21 de enero de 2011

Crónicas de Don Tomás: el río de la vida

Una de esas tardes de mucha lucidez de Don Tomás, me sentí animado para hacerle una pregunta más profunda que las habituales. Le pregunté, "Don Tomás, ¿por qué a algunas personas les cuenta tanto triunfar en la vida? Y además, ¿qué es triunfar? Parece que finalmente todo lo que poseemos o los logros obtenidos no resultan importantes frente a lo verdaderamente importante, como la felicidad propia, las relaciones o el amor. ¿Para qué trabajar tanto en algo que no resulta relevante para la vida del hombre?"

Su respuesta me sigue dejando atónito hasta la fecha y no voy a interpretarla. Mejor
se la dejo enteramente a su interpretación.

Su respuesta fue en forma de parábola y fue tal como describo a continuación:

"La vida es en mucho como un río y tres barqueros que se encontraban en él. El primero de los tres dedicó su vida a trabajar contra corriente. Buscaba incesantemente llegar a lugares que requerían ir en contra de la corriente del río y, tras mucho esfuerzo, encontraba que esos lugares no habían valido la pena tanto esfuerzo o no eran lo que parecían. Cuando se encontraba luchando contra la corriente, pensaba que todo ese esfuerzo valdría la pena is finalmente llegaba a dónde deseaba. No seas como el primer barquero.

El segundo barquero pensó que lo mejor era dejarse llevar de manera contemplativa por la corriente y recibiendo  lo que fuera que el río le deparase con aceptación y agradecimiento. Con frecuencia veía pasar de largo lugares maravillosos y atractivos y su corazón le pedía con fuerza visitarlos, pero encontraba la manera de resignarse y seguir adelante. Con frecuencia se le oía decir: "Es la voluntad de Dios". No seas como el segundo barquero.

Sé como el tercer barquero. Desde el principio se echó al río y buscó aprovechar la fuerza de la corriente para dirigir su barca hacia donde deseaba. Sin mirar atrás nunca, con paso firme y disfrutando de simplemente de remar, nunca olvidaba que ningún destino era seguro y que lo único seguro era que tendría que remar. Cada día se hacía mejor barquero, aunque en el fondo siempre supo o intuyó que remar, el río, la barca, el paisaje, eran solo una aventura que había que disfrutar y nada más. Y que en el fondo, él era mucho más que un simple barquero y que el propósito de su viaje era de alguna manera, averiguar quién era.También de manera intuitiva, sintió que en lugar de acercarse a un destino se acercaba a su origen, conforme más y más se deslizaba por la superficie del agua, siempre atento y a la espera de cualquier sorpresiva señal que le indicase cómo dirigir su barca."

Y así, Don Tomás se alejó camino abajo, esperando que yo ya no siguiese haciendo tantas preguntas.

Piensa en ello.


Francisco Cáceres Senn







1 comentario:

  1. Hay que disfrutar cada momento de la vida, pero teniendo siempre claras las metas hacia donde queremos llegar...

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