“Lo único peor a no tener
vista es no tener visión”, Hellen Keller
Según un artículo de la
prestigiosa revista Forbes, hoy en día tenemos la aparición de un nuevo tipo de
emprendedor, el emprendedor por vocación.
A diferencia del que
emprende porque no le queda otra, existe el que lo hace porque está en su
genuina intención. Lo hace porque quiere, porque desea dejar huella, porque aun
teniendo una oferta de trabajo prefiere ser el amo de su destino y no tener el
límite definido de un ingreso fijo.
Hay quien diría que “está
en sus genes”. Yo prefiero pensar que se trata de una manifestación del
despertar colectivo de conciencia que estamos experimentando como humanidad.
Hace años que vengo
escribiendo acerca de la destrucción del empleo, del trabajo asalariado, de la
desaparición de lo que se conoce en España como “trabajo por cuenta ajena”. Un
ejemplo más: