No soy economista pero sí
pretendo saber de economía. Es más, no
soy el único, muchas amas de casa sin siquiera estudios básicos saben más de
economía que muchos economistas doctorados.
¿Qué es la economía? Antes de contestar esta pregunta habría que
definir cuál economía o la de quién. Porque no es lo mismo la economía del país
que mi economía, aunque para muchas personas ambas son sinónimas. Pero no lo
son.
Quiero decirte algo acerca de la
economía que para mí representó un salto cuántico en la comprensión y
aplicación de este concepto en mi vida.
Si hablamos de economía en
general, académicamente hablando, se puede definir como
la ciencia que estudia
el empleo o administración de bienes escasos para la satisfacción de las
necesidades humanas.
Y, si seguimos analizando, nos
metemos todavía en más problemas. ¿Qué es escaso? La tecnología ha hecho que
muchas cosas que estaban escasas antes de algún descubrimiento resultaron
abundantes después de mejores tecnología de utilización. Adicionalmente, bienes
materiales perfectamente inútiles hace 100 años hoy en día son extremadamente
valiosos.
El otro problema es definir la
palabra “necesidades”. Si por necesidad pensamos en algo sin lo cual no podemos
vivir (literalmente), entonces la mayoría de las cosas que usamos con necesidad
no son necesarias realmente. Yo he dicho que sin Internet me muero, pero en
esta nueva aventura de cambio he estado sin Internet cerca de dos semanas y
sigo respirando.
Y luego está el bombardeo incesante
de información en tiempos muy recientes acerca de la mala situación de la
economía. Del país, del mundo y finalmente la personal, como una consecuencia
de todo lo anterior. Lo que nos permite, con algo de sentido común, sacar
algunas conclusiones.
En primer lugar, aparentemente
las economías nacionales han estado por años, pudiera ser que por siglos ya, en
manos de los cerebros no solamente más potentes, sino educados y refinados del
mundo. Sus certificados académicos lo demuestran de manera fehaciente.
En segundo lugar, dadas las
circunstancias actuales, es evidente que lo han hecho bastante mal y que no
tienen idea de cómo resolver el problema que ellos mismos crearon. A esto se le
llama el fracaso total de la educación humana contemporánea o también
“estuviste rindiendo culto al Dios equivocado”, en este caso, al intelecto y a
lo comúnmente llamado “estudios formales”.
Y en tercer lugar, si las mentes
más brillantes no controlan en lo más mínimo el mundo de la economía y, por lo
tanto, el coche va sin frenos y directo al barranco, como nos hacen ver cada
día los medios de comunicación, entonces no queda más que el suicidio o la
total apatía por la vida.
Ahora bien, ¿qué hacemos para
vivir el estilo de experiencia de vida que anhelamos en este medio ambiente de
malas noticias, pesimismo exacerbado y falta de control?
Estas son mis humildes
recomendaciones:
1. Considera
que aunque todo parece indicar que nada está en tus manos, recuerda que todo
está en tus manos. Aunque solo sea por diversión deberíamos dedicar un día al
año al día del “todo está en mis manos” y pretender, aunque solo sea por ese
día, que así es. No tienes idea de cómo cambiaría el mundo. Por cierto, el que
no sepas cómo es que todo está en tus manos no cambia que esto pueda ser una
verdad absoluta. Simplemente demuestra que no sabes cómo ejercer este poder, no
que no lo tengas.
2. Corta
de tajo toda la información referente a la economía. Simplemente saca de
quicio, te enoja y, además, te encuentras con tanta información absurda e
ilógica que el cerebro involuciona en vez de evolucionar.
3. Deja
de apostar al caballo perdedor, por mucho que te hayan prometido que sin duda
ganará la carrera. Los estudios son importantes, necesarios, agradables,
simpáticos y no sé cuantos más adjetivos calificativos, pero no
imprescindibles. Recuerda que la vida otorga certificados mucho más importantes
que la mejor Universidad del mundo (el título de padre, por ejemplo). Por lo
tanto, dedica una cierta parte de tu tiempo a entrenarte en el desarrollo de
las “habilidades blandas” de la vida. Estas no se aprenden en la Universidad
pero son las que te van a permitir dejar huella y hacer fortuna.
4. Controla
tus emociones y entrénate en “alegría sin motivo aparente” todos los días. Si
eres como la mayoría de los seres humanos, te pasas la existencia deseando ser
feliz y, como es algo que no controlas, deseando que pase algo que te permita
ser feliz. No necesitas un motivo para la alegría.
Ponte alegre porque te da la
gana. Siéntete alegro porque estás leyendo estas palabras, porque la vida es
bella, porque tú controlas tu economía, porque la economía del país no es en
absoluto tu economía, porque vas a vivir como quieres, porque te mereces lo
mejor del mundo, porque eres un triunfador o triunfadora, porque fuiste
diseñado y diseñada para la grandeza, porque no hay manera de fallar en un
mundo diseñado para triunfar, porque el fracaso no existe si aprendiste algo y
porque, a partir de ahora y sin excusas, vas a hacer de tu vida una obra de
arte.
Sólo por darte algunas ideas.
Piensa en ello,
Francisco Cáceres Senn
Muy bueno, aporta algo interesante a mi vida... saludos...
ResponderEliminarMuy cierto Francisco, sin duda la invación en los medios sobre lo mal que esta la economía global y como nos afecta día a día es algo que nos agota,vivimos en un mundo que nos bombardea con malas noticias, noticias que nos afecta consciente o inconscientemente, nos llenamos de miedos, y tememos al fracaso sin antes intentarlo.
ResponderEliminarGracias por tus analisis y comentarios!!!