Cómo sentirse alegre en cualquier momento

¿Se puede? Vamos, ¿cree usted que se puede sentir alegre uno en cualquier momento?


Yo creo que sí y tengo una estrategia que me sirve 10 de cada 10 veces.


Quien dice alegre, también dice esperanzado, tranquilo, seguro, en paz. No importa el nombre del estado emocional buscado, se puede lograr a voluntad.


Y de todo el proceso de lograr esta ansiada alegría, voy a compartirle únicamente un pequeño secreto de todos los que contiene. Es un pensamiento rápido pero eficaz.


Cuando tengo un reto o problema que me parece de una manera bastante lógica que no se va a resolver o alcanzar, entonces sigo tres pasos:

1. Primero pienso que no existe la realidad. Que esta es subjetiva y que la lógica no funciona en un mundo donde la realidad simplemente no existe. Por lo tanto, algo que aparentemente es imposible de que pase, en realidad puede perfectamente pasar. ¿Me puedo encontrar un fajo de billetes hoy mismo? ¿Por qué no? Tengo un seminario en dos días y nadie se ha registrado. ¿Se puede llenar en dos días? "No, no es lógico (dice una voz interior)". Pero entonces me acuerdo que puede ser que sí. No digo que vaya a ser, simplemente digo que existe la posibilidad.
2. Segundo, sé que vivimos en un mundo de posibilidades o potencialidades y que mis sentidos no pueden percibirlas todas, pero el hecho de no percibirlo no niega sus existencia sino representa lo limitado de mi percepción. El segundo paso es recordarme que mi percepción es muy limitada.
3. En tercer lugar, me pongo en ,manos del Universo y dejo que pasen las cosas como tengan que pasar porque sé que como pasen es en mi beneficio.

Digamos que me abro a la posibilidad de que todo ocurra como yo deseo. No sé si pasará así o de otra forma, pero me siento más tranquilo cuando pienso en estas interpretaciones de la verdad. Abrir la mente obra milagros. 


En un mundo lleno de posibilidades, si llega a leer este artículo, ¿por qué no pensar que le hacía falta esta información dado que de otro modo, no le hubiera llegado?


Francisco Cáceres