miércoles, 13 de mayo de 2009
Un gran reto a nuestras creencias
Tal vez no seamos capaces de precisar exactamente el moento en que esta era terminó. Lo que sí sabemos es que nada será ya igual.
Y la nueva era en la que ya entramos requiere que tomemos decisiones firmes y precisas.
Decisiones, sí pero, ¿acerca de qué?
Verás. Podemos amarrarnos a nuestro trabajo con miedo a perderlo, o tal vez posponer esas compras o inversiones que teníamos tanto tiempo planeando, esperando un momento mejor.
O salir de casa unicamente para lo indispensable, con miedo a contraer cualquier clase de enfermedad invisible pero mortal.
Mi experiencia es que no existe mejor momento que ahora, porque el mañana no existe. Y, si es verdad que yo construyo mi existencia hasta en los más mínimos detalles, si con todo mi corazón creo en ello, tal vez sea momento de vivirlo con mayor intensidad de lo que nunca lo hice antes.
Porque ahora es el momento...
La decisión que tal vez tenga que tomar es empezar a creer en mi y aceptar mi respnsabilidad de cambiarme yo para cambiar el mundo que me rodea.
La crisis y los virus son absolutamente reales en la vida de muchas personas, sin duda. Pero de lo que estoy absolutamente seguro es que ninguna crisis ni nigún virus puede hacerle el menor daño a alguien que conoce su poder personal y lo usa para construir el mundo que desea vivir.
Céntrate en tu poder personal y ten por seguro que absolutamente nada puede pasarte que tú no autorices. No lo hagas.
Tu misión de construir el mundo de tus sueños está hoy más vigente y viva que nunca. Toma todo tu corazón y todo tu enfoque y ponlo en tus metas y crecimiento personal y estarás a salvo de cuaquier amenaza que los fanáticos puedan inventar. Porque mientras más sigas poniendo tu atención y tus miedos en lo que no deseas, más real lo haces en tu mundo.
"Todos los recursos que una persona necesita para realizar un cambio, se encuentran ya dentro de él o ella". Primera presuposición de la PNL, Richard Bandler, 1974.
Recuerda recordar no olvidar que tú tienes el poder.
Piensa en ello.
Francisco Cáceres Senn
miércoles, 29 de abril de 2009
"El virus más peligroso del mundo: VEM"
Repentinamente, personas de todos los niveles sociales, económicos o culturales, ven amenazada su existencia y salud.
Y, sin embargo, existen virus todavía más dañinos y mortales para el ser humano que el porcino. Antes de saber cuales son quisiera hacerle algunas reflexiones...
Por peligroso que sea un virus o una bacteria, es bueno recordar que forman parte del mecanismo que los humanos usan para reforzar o fortalecer su sistema inmunológico y de defensa. Así ha sido por los últimos 7 millones de años, asumiendo que ese es el tiempo que el humano tiene en el planeta tierra.
De la misma forma, en la vida en general, son los retos y amenazas los que nos hacen más fuertes. Son, finalmente, los mecanismos a través de los cuales construimos y usamos nuestras más grandes fortalezas.
Sin pretender negar a los creyentes la necesidad de tomar medidas de precaución recomendadas y sin tampoco reducir la percepción de peligrosidad de esta situación, si me es interesante darme cuenta de que súbitamente, la mayoría de los seres humanos está descubriendo algo que ya sabíamos desde que nacemos: que somos mortales.
En mi muy personal punto de vista, no somos más mortales ahora con esta amenaza de epidemia que lo que éramos hace uno o dos meses. De hecho, pienso que las probabilidades de morir son exactamente las mismas que siempre han sido: en cualquier momento.
Y sin tampoco tratar de ser optimista de manera simple, me es evidente que esta amenaza pasará de forma inevitable y que en algunos días tendremos noticias de cómo fuimos salvados por las extraordinarias medidas de control que tomaron los políticos y gobernantes, quienes demostraron una vez más que somos la más alta preocupación de sus vidas. Nuevos héroes nacionales se darán a conocer en los próximos días, ya verá.
Y sin embargo, cuando todo esto haya pasado y sea parte de la historia y estadística, todavía seguiremos siendo víctimas del virus más mortal y peligroso que existe: el VEM (Virus de Escasez Mental) y su cepa mutada más reciente la NTCSMV (No Tengo Control Sobre Mi Vida).
Este insidioso y resistente virus tiene la cualidad de no tener sintomas aparentes y se disfraza de normalidad con mucha facilidad. Es contagiosísimo y puede transmitirse de cualquier manera, aunque no haya contacto ni estemos en presencia de la persona previamente infectada.
Es el único virus del mundo que se puede inclusive transmitir en cualquier medio escrito o por mensaje de correo electrónico, ya no se diga en medios auditivos, a los que ciertas personas parecen ser más susceptibles o sensibles todavía. Y, sin embargo, el medio más eficaz y reciente parece ser el que involucra video y grandes y coloridas gráficas.
Se ha encontrado que uno de los efectos de la enfermedad es que en casos no poco frecuentes, por cierto, las personas infectadas llegan al extremo de defender su enfermedad contra cualquier vacuna o remedio que se les enseñe. En un caso atípico, se vuelven resitentes al remedio y no a la enfermedad.
Es un virus peligroso y dañino, sin duda. Tanto que existen personas que se auto denominan como curadas y siguen estando infectadas hasta la médula del mal y, aún sin proponérselo continuan expandiendo el virus entre amigos y familiares.
En lo único que parece compartir con sus hermanos virales es que los grupos de riesgo están entre niños y adultos mayores. Los primeros porque son muy fácilmente contagiables, los segundos porque demuestran una resistencia extraordinaria para la erradicación del mal. Aunque es justo decir que ambas condiciones se pueden encontrar a cualquier edad.
Según los biólogos, nos está claro si se les puede considerar como organismos vivos o no vivos, pero lo que sí queda claro es que los infectados están claramente del lado de los zombies.
Y, repito, cuando todo este asunto de la Gripe Porcina haya terminado el NTCSMV seguirá campando por sus raudales sin que nada ni nadie le haga frente.
En mi concepto este último es un virus mucha más peligroso, por cuanto que su principal fortaleza reside en que no es fácilmente identificable y no existen medidas preventivas, tales como el uso de máscaras o el lavado frecuente de manos o el no permanecer en concentraciones masivas de personas. Adicionalmente, las fuentes de contagio son innumerables y están en cualquier lugar, visible o invisible.
Pero sí existen medicinas, y muy efectivas. Y una vacuna, por cierto. La vacuna se llama AUTOCONOCIMIENTO, porque cualquier persona que se conoce a sí misma, sabe que el NTCSMV es un virus mental y que es más falso que un billete de 3 dólares (o de 15 pesos, para los efectos).
La medicina más eficaz es la INFORMACIÓN CORRECTA y se obtiene de fuentes tan a la mano como libros, seminarios, conferencias. Aunque también la vida entera está plagada de fuentes de información. Sólo basta con observar detenidamente un amanecer para darse cuenta del mundo tan grandiosamente bello y perfecto en el que vivimos. O dedicarle simplemente varios minutos al día a apreciar las extraordinarias cualidades exclusivas de su pareja o hijos.
O simplemente, ser capaz de encontrar algo valioso que agradecerle a la vida en este momento. ¿Puede encontrar algo así como esto último en este instante? Perfecto, porque está camino de la inmunidad.
El NTCSMV (No Tengo Control Sobre mi Vida) se ha visto reforzado en los últimos tiempos con el bombardeo de información al que estamos sometidos y cuya idea fundamental es hacernos creer que no tenemos control sobre nuestras finanzas (crisis mundial) ni sobre nuestra salud (Virus Porcino) y que otras personas o situaciones externas vendrán, si Dios quiere, a nuestro rescate. De otra forma, no tenemos remedio.
Sin embargo, una pequeña dosis de la medicina mencionada o de la vacuna en cuestión, nos llevará directamente al desarrollo de la inmunidad total, conocida como EPEM (El Poder Está en Mí).
Vacúnese en su centro de salud más cercano. El 15 de mayo llevaremos a cabo una campaña masiva de vacunación e información en un evento llamado Diseñanado su Destino, en el hotel Suites del Angel, en el DF. Más información en esta liga http://neuromanagement.net/semi1.htm .
Mientras tanto, no deje de tomar las precauciones necesarias para la Gripe Porcina, y tampoco se olvide de desarrollar el EPEM. Una vez desarrollado, empezará a contagiar a las demás personas y será un contagio que le agradecerán toda su vida.
Piense en ello.
Francisco Cáceres Senn
miércoles, 15 de abril de 2009
Por qué a veces saboteamos nuestro éxito
"A ver, espera un momento... ¿Saboteamos nuestro éxito? Querrás decir que alguien más nos comete sabotaje, nos impide crecer, pero ¿yo?". Tal vea se haga usted estas preguntas en este momento y lo comprendo, porque yo también pensaba automáticamente así en el pasado.
La idea que quisiera contarle es acerca de un concepto muy importante a tomar en cuenta en todo lo que nos sucede en nuestra vida y que explicará a muchas personas porqué les pasa lo que les pasa. Y tiene que ver con nuestro inconsciente (sí, ahí va de nuevo esa palabreja).
Pero antes de contarle este concepto que cambiará su vida para siempre, déjeme compartirle una historia. Una historia de alguien como yo o como usted, como cualquiera de hecho.
Juan es un hombre de unos cuarenta años, más o menos, divorciado y con un negocio que ya tiene varios años tratando de levantar pero parece que la cosa nunca terminará de arrancar.
En cierto modo se puede decir que es un individuo auto motivado, pues se mantiene luchando al decirse a sí mismo incesantemente que si sigue intentándolo, finalmente lo va a lograr.
A veces se desespera y piensa que nada en el mundo tiene sentido, en otras ocasiones se siente que va en el camino y que todo es cuestión de tiempo.
Sin embargo, con el tiempo, se puede decir que son más las dudas que las certidumbres en su vida y esto lo coloca frecuentemente en estados emocionales de desánimo y mal estar, lo que lo lleva a seguir teniendo dificultades como producto de estos estados emocionales.
Juan tiene mucha información al respecto. Ha estudiado muchos programas, leído muchos libros y escuchado muchas conferencias acerca de auto ayuda, hipnosis, desarrollo personal, etc., y sabe que necesita sentirse positivo para que las cosas funcionen como el quiere. Pero no puede, o no le ve ya el caso.
Ciertamente las cosas han mejorado gradualmente con los años, pero sigue experimentando básicamente los mismos problemas y cuando parece que ya todo se va a componer, algo sucede que lo regresa a su triste realidad.
Juan sabe mucho, sí, pero no se da cuenta de que tiene un poderoso enemigo trabajando para que viva el tipo de vida que está viviendo, y trabajando desde su interior.
Y de hecho, en realidad no es un enemigo, pues sólo está haciendo lo que considera más adecuado para nuestra vida, psicológicamente hablando, claro está.
Como no podemos llamarlo ni amigo ni enemigo, lo llamaremos factor. Y este factor ha estado trabajando silenciosamente en nuestro interior por años. Sin Juan saberlo, se ha ido alimentando de las energías más poderosas de nuestra vida, de las enseñanzas de nuestros padres, maestros o personas de importancia de nuestra vida.
Este factor esta íntimamente aliado con nuestro inconsciente para compensar nuestra existencia y alinearla en relación a sí mismo. Nuestra vida no puede violar las reglas de este factor y, si lo pensamos con cuidado, toda ella está diseñada en torno al dichoso factor.
En algunas personas, el factor los ha llevado a cometer actos de grandeza enorme, aunque al final les haya costado hasta la vida misma. En otras, las personas afectadas por un exceso en el factor, no han podido más que hacer o diseñar una vida miserable.
Lo paradójico es que una cierta dosis de este factor es ciertamente sana, mientras sepamos la fuente o el origen del mismo y esté controlado o colocado en el marco correcto.
Y como le comentaba al principio, este factor explica total y convincentemente por qué nos pasa lo que nos pasa o por qué hacemos lo que hacemos. Y lo más complicado es, según mi experiencia, aceptar su existencia. Encuentro que la mayoría de las personas tienen severos problemas para descubrir su existencia, pero cuando lo logran la experiencia es próxima a la iluminación, por cuanto nos libera y hace sentir casi en el éxtasis.
Cuando nos damos cuenta de que este factor ha estado trabajando sobre premisas absolutamente falsas, realmente nos sentimos liberados y es cuando podemos alcanzar plenamente nuestro potencial como seres humanos.
Y este factor, pues, es un programa inculcado profundamente en nuestro inconsciente para trabajar siempre, a cualquier hora y en cualquier condición. Su nombre (finalmente) es "la culpa".
La culpa ha sido implantada firmemente en nuestro sistema nervioso como un mecanismo para generar conductas adecuadas o correctas. Cuando hacemos algo mal nos sentimos culpables. Y toda culpa sólo se elimina cuando hemos pagado el precio de nuestros actos.
Juan no lo sabe, pero el se siente culpable por muchas cosas. Tantas que ni siquiera las recuerda. Pero podría ser simplemente "el daño por el que pasaron sus hijos durante el divorcio", o "todo ese tiempo en que no le dirigió la palabra a sus padres" o "todas aquellas cosas que hicieron enojar a los demás o les han causado vidas miserables", "por mi culpa".
En muchos casos, son otras personas las que lo han convencido de que por su culpa, su vida es mucho peor. En otras, ni siquiera hizo falta que alguien se lo hiciese notar pues el solo se dio cuenta, desatando de manera automática el mecanismo de compensación llamado "culpa", hábilmente instalado en su interior.
¿Cómo funciona la culpa? Muy fácil. Una vez implantada, las cosas funcionan así: primero cometemos el acto en cuestión que causó un grave problema a alguien importante para nosotros; después sentimos la necesidad de reparar el daño, pero por alguna circunstancia ya no podemos. A continuación, nuestro inconsciente se encargará de compensar nuestra vida para que toda ella sea un pago por nuestro exceso, haciendo que nuestro negocio fracase, haciendo que nos despidan del trabajo, que la persona que amamos nos desprecie, lo que sea.
A nivel consciente yo no quería que nada malo me pasase pero a nivel inconsciente me ocurre exactamente todo lo que me merezco. Inclusive, me puedo convertir literalmente en un adicto al castigo, de una culpa que jamás podrá ser curada.
La culpa es el Karma occidental. Pero, ¿se puede vivir sin culpa?
La respuesta es sí, se debe vivir sin culpa y se debe vivir con responsabilidad.
Estos son 3 pasos para vivir sin culpa y aceptar plenamente nuestras responsabilidades:
Paso 1: Si existen aspectos que no prosperan en su vida a pesar de todos sus intentos, descubra si tal vez, esto está pasando porque está tratando de pagar una culpa impagable.
Paso 2: Recuerde ser responsable en lugar de culpable, pero sobre todo pensando en el presente y no en el pasado. Recuerde ser responsable de:
No desearle jamás mal a nadie.
Únicamente desearles amor, paz y prosperidad ilimitada a los demás.
Responder con habilidad a los retos que la vida nos lanza como respuesta a nuestras solicitudes.
Elegir sus estados emocionales.
Sentirse la mayor parte del tiempo y fundamentalmente bien.
Su destino.
Paso 3: piense que si usted es responsable de la totalidad de su vida, entonces los demás son responsables de la totalidad de la suya, ¿cierto? Nuestros actos y palabras no tienen significado per se, sino el que nosotros y los demás le dan. Ciertamente a veces cometemos actos que, tal como los demás tienen establecidas sus vidas, les causan daño. A veces son intencionales, cierto, y a veces no. Y cuando sí lo son, haga todo lo posible por reparar el daño. Esa es nuestra responsabilidad. Y se encontrará con muchas personas que buscaron inconscientemente que usted les infligiera ese daño, posiblemente para pagar una culpa interna. En esos momentos, ¿realmente sirve de algo sentirse culpable por el resto de su vida?
No importa qué tanto sepamos del éxito, la Ley de la Atracción, etc., si estamos inconscientemente pagando una culpa, nada funcionará. Este es el concepto que se encuentra detrás de la Reingeniería Personal y es por eso que nuestro Master en RP ha sido tan eficaz y va a lo profundo de nuestro ser.
Descubre tus culpas, dales un amoroso recibimiento en tu vida y acto seguido, despídete de ellas sabiendo que tu camino al éxito ya no tiene obstáculos.
Y si no eres capaz de descubrirlas y desenmascararlas, por el amor de Dios, no te sientas culpable.
Piense en ello.
Francisco Cáceres Senn
viernes, 13 de marzo de 2009
La herramienta más poderosa del mundo.
Sí, existe una herramienta tan extraordinariamente poderosa que cualquier invento humano palidece ante su poder.
martes, 3 de marzo de 2009
"Y ¿dónde está la solución.?"
Hay veces que nos lo han dicho casi hasta el cansancio.
Y se nos continua olvidando.
Es como educar a un niño. ¿Cuántas veces se necesita repetirle algo para que se lo aprenda? Inclusive algo tan simple como "El pantalón se lleva en la cintura, no a la mitad de los glúteos".
Y es como si no oyera, ¿cierto?
Y la historia no acaba en la adolescencia. Como al niño o joven, a los adultos les tenemos que repetir las cosas unos cientos de veces, o las que sea necesario. Hay que repetirlas con amor y cariño, sin reproche, pero repetirlas al fin.
Tantas veces como sean necesarios hasta que las creemos ciertas y es entonces cuando empiezan a manifestarse en nuestras vidas. Me refiero a asuntos tan triviales como la prosperidad.
No importa cuantas veces escuchemos que la prosperidad está por dentro de nosotros, que venga Gandhi y nos diga una y otra vez "Sé el cambio que quieres ver en el mundo". Que Paulo Cohelo se desgañite gritándonos al oído que El Alquimista es el que está dentro de ti. Y Anthony Robbins confrontándonos con la realidad de que tenemos que Despertar al Gigante Interior
Y nada.
Escucho a Ronda en su extraordinario audio del libro El Secreto diciendo que engordar no es producto de lo que comemos sino de nuestros pensamientos. Como todo lo demás que rodea nuestras vidas.
Y no es que no lo comprendamos, sino que simplemente llevamos demasiado tiempo viviendo en esta trampa ilusión de que las cosas suceden sin nuestra intervención.
Y lo más importante es que no te puedo demostrar que así es, porque no es demostrable. Sólo puedes llegar a vivirlo si crees en ello.
¿La idea? Tú construyes tu mundo con tu atención. Aquello que recibe tu atención se convierte en tu experiencia cotidiana. En el libro "Y tú, ¿qué &%$# sabes?" el Dr. Andrew Newberg nos dice que probablemente nunca podamos darnos cuenta de que realmente vivimos en una experiencia holográfica, dado que somos parte de la experiencia en sí.
Pero a lo mejor, desde tu interior, una vocecita aún pequeña pero existente, te dice de alguna forma que todo esto es cierto, que nosotros creamos nuestra realidad. Sí, esta realidad de crisis económica ha sido creada en tu vida por ti. Aunque sientas al recibir información del exterior que todo esto te está pasando, lo cierto es que no es así. Tú lo estás haciendo pasar.
Así que este es el momento de empezar, o continuar si es el caso, de trabajar en ti. Modifica tu interior o no habrá manera alguna de que escapes de la trampa en la que estás metido.
Como dice Wallace Wattles en su fenomenal libro "La ciencia de hacerse rico", "Si quieres vivir la experiencia que te comparto en este libro, mantente recibiendo y en contacto con este mismo tipo de información y aléjate de cualquier información que te diga lo contrario de lo expresado en este libro".
Y Wallace sabe muy bien por qué lo dice.
Tal vez sea momento de otra frase también famosa:
"Buscad primero el reino de Dios y su justicia y el resto se os dará por añadidura" Mt, 6: 33.
No te dejes llevar de las apariencias. La única realidad que existe es que puedes cambiar tu mundo y cualquier cosa que represente lo contrario a esta idea es apariencia, no verdad.
Pon esta semilla en tu corazón y estarás cosechando mucho más de lo que en este momento puedes imaginar. Y si sientes que de alguna forma todo esto que te cuento tiene sentido más allá de las apariencias, vas por el camino correcto. Sigue el dictado de tu corazón que te dice que la respuesta está más cerca de lo que parece y la hallarás sin duda.
Piense en ello.
Francisco Cáceres Senn