Esta es una breve historia de
cómo las cosas pasan en las vidas de las personas y de cómo a cualquier persona
le puede pasar lo mismo.
Pero antes, déjeme decirle que esta historia tiene que ver con dos cosas: hacerme las preguntas correctas es la primera; la segunda es seguir mi intuición.
Y todo empezó allá por 1993 cuando yo ya era el Analista Senior de la empresa de consultoría para la que trabajaba, Proudfoot. Mi jefe en aquel entonces, Larry, me llamó para notificarme de un nuevo diagnóstico a realizar en Mérida para el cual yo necesitaba usar cuatro personas de la empresa. Era jueves, si mal no recuerdo.
Sin pensarlo mucho le mencioné cuatro empleados a quienes yo conocía y en quienes yo confiaba plenamente, tanto por su buen trabajo como por su responsabilidad. Me despedí de Larry ya seguro de que me vería con ellos en el aeropuerto el domingo en la noche a la salida del vuelo.
El viernes en la tarde recibí una llamada extraña, por inesperada.
Pero antes, déjeme decirle que esta historia tiene que ver con dos cosas: hacerme las preguntas correctas es la primera; la segunda es seguir mi intuición.
Y todo empezó allá por 1993 cuando yo ya era el Analista Senior de la empresa de consultoría para la que trabajaba, Proudfoot. Mi jefe en aquel entonces, Larry, me llamó para notificarme de un nuevo diagnóstico a realizar en Mérida para el cual yo necesitaba usar cuatro personas de la empresa. Era jueves, si mal no recuerdo.
Sin pensarlo mucho le mencioné cuatro empleados a quienes yo conocía y en quienes yo confiaba plenamente, tanto por su buen trabajo como por su responsabilidad. Me despedí de Larry ya seguro de que me vería con ellos en el aeropuerto el domingo en la noche a la salida del vuelo.
El viernes en la tarde recibí una llamada extraña, por inesperada.