Un hombre yacía en su cama, agonizando, esperando la muerte, al
final de su vida…
Su sueño más grande vino a presentarle su último respeto al
hombre que nunca lo usó.
Al entrar el sueño en el cuarto el hombre moribundo no pudo evitar mirar
hacia abajo con vergüenza.
“¿Por qué no me hiciste realidad?”, le pregunto su sueño más
grande.
“Porque tuve miedo”, le respondió el moribundo.
¿Miedo de qué?”, le confrontó el sueño.
“Tenía miedo de fallar”
“Pero no entiendo, ¿no fallaste al no intentar hacerme realidad?”,
le preguntó el sueño.