martes, 6 de abril de 2010

Crónicas de Don Tomás


"Cómo aumentar las probabilidades"


Vivimos en un Universo en el que aparentemente todo es posible.

"Un momento, ¿dijiste todo?" tal vez preguntes incrédulo. Y lo entiendo. Y la respuesta te la daré después de contarte algo que platiqué con Don Tomás hace ya varios años.

Yo acababa de ver una película llamada "Y tú, ¿qué %$#&/ sabes?", y estaba inquieto con el asunto de que la ciencia llegaba a conclusiones muy interesantes. Entre ellas, el problema de "la realidad" me traía de cabeza.

¿Cómo que lo que vivimos no es real? Es sólo una proyección de nuestros sentidos, una construcción neurológica y nada más, una elección. Pero entonces, ¿qué es real?



"Además - pensé - si nosotros creamos nuestra realidad, ¿por qué soy tan malo en crear la realidad que yo quiero vivir y no la que estoy viviendo?"

Me dije a mi mismo que esto era algo que podría consultar con Don Tomás, aunque tenía que eliminar palabras complicadas o rebuscadas pues Don Tomás no tenía ese tipo de educación formal y probablemente se burlaría de mí.

En cuanto tuve oportunidad le pregunté "Don Tomás, ¿usted cree que podemos conseguir, obtener o realizar cualquier cosa que se nos ocurra? ¿Que todo es posible?"

Sin dejar de mirar el paisaje, verde en esta época primaveral del año, mezclado con el rojo arcilloso de los caminos, me dijo sin inquietarse demasiado "Tú sabes que sí, que todo es posible. Vives en un sueño y en ese sueño tú diseñas tu sueño a tu gusto y todo es posible, mientras lo puedas soñar."

A ver - le contesté rápidamente - ¿todo es posible? ¿Todo? Entonces, ¿por qué la mayoría de los seres humanos vive tan mediocremente?
Porque todo es posible, pero no probable. Es decir, en los sueños que han diseñado todo es posible pero las probabilidades de que ocurra algo son muy bajas o de plano nulas y nuestro sueño se comporta en base a las probabilidades y no a las posibilidades.

Recuerdo ese momento como uno de esos instantes de iluminación y de revelación de alguna verdad escondida. La respuesta se me hizo obvia en ese momento y, recuerdo, fue cuando concebí la idea de juntar todos mis conocimientos y crear el Máster en Reingeniería Personal.

- Entonces - le dije - lo que tenemos que hacer es aumentar las probabilidades y no las posibilidades. Y, ¿cómo hacemos que algo sea más probable?

- Cambia tu sueño y cambia al soñador - me contestó con la autoridad de alguien que sabe que sabe. Hasta que no cambies a otro mundo de más probabilidades las cosas seguirán igual que las estás viviendo en este momento. Y para cambiar ese mundo necesitas cambiar tu definición de lo que el mundo es desde dentro de ti, necesitas redefinirte a ti mismo, pues tú eres tu mundo.

Mientras me sumergía en la contemplación del paisaje junto con Don Tomás, y trataba de no pensar en nada más que en el aquí y en el ahora, sin embargo montones de pensamientos inundaban mi conciencia del momento.

Me di cuenta de que el mundo estaba fundamentalmente bien hecho y que todo sucedía siempre de acuerdo a las probabilidades. El trabajo, pensé, es interior, es en cambiar mi concepto del mundo, mis creencias, mis valores, mi percepción, mis palabras. En pocas palabras, todos los elementos que utilizo para perpetuar el mundo en el que no quiero seguir viviendo aunque no me guste.
Tenía dos caminos, deduje. El de la persistencia, que no es malo, pero resulta pesado, prolongado, sufrido y de mucho esfuerzo y voluntad. Lógicamente, cuantas más veces tiro un dado más probabilidades tengo de que salga el seis. Este es un camino.

El otro camino es el de cambiar de mundo, más difícil y complicado. Más tardado de inicio pero más efectivo al final. Si el dado tiene seis seises, con una sola tirada obtengo lo que busco, las probabilidades son ahora el 100%. Sólo tengo que viajar a un mundo con dados de seis seises.

Afortunadamente, en el mundo que hemos creado, existe muy probablemente suficiente información para que cambiarlo sea no solamente posible sino muy probable.

También es muy probable que no entiendas una sola palabra de lo que aquí te narro. De cualquier forma, la respuesta a la pregunta inicial de ¿Es todo posible en este mundo? seguramente a estas alturas ya te quedó contestada.

Piensa en ello,

Francisco Cáceres Senn

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