miércoles, 11 de abril de 2012

La ciencia del Coaching


Coaching, palabra de moda. Y como en muchas ocasiones, se trata simplemente de ponerle un término moderno a un proceso que se ha llevado a la práctica por muchos años.

Pudiera fácilmente confundirse o equipararse con el término americano tan en boga en los 80 “mentoring”, todavía vigente en muchas empresas americanas y en alguna que otra europea. Proceso que en cierta medida está siempre presente en el campo del desarrollo personal desde hace varios siglos.

Los que sabemos algo del lenguaje con que nos comunicamos, sabemos que estas palabras, llamadas “nominalizaciones”, son totalmente subjetivas en su significado y, por lo tanto, no poseen una definición precisa y exacta de lo que implican. Razón por la cual, cualquier cosa puede ser denominada Coaching y, con frecuencia, lo es.

Yo mismo tengo más de veinte años haciendo “Coaching” y es sólo hasta hace un par de años que así le llamo, o le llaman mis clientes, en esa necesidad humana de ponerle nombre a las cosas o procesos. Y en estos años he identificado una serie de absolutos que representan el proceso de “Coaching” y que lo hacen realmente eso, un proceso de alcanzar metas significativas o valiosas. Algunos Coaches estarían en contra de revelar estos guardados secretos. Son algo simple y sencillo de aplicar y yo los llamo