Repentinamente, personas de todos los niveles sociales, económicos o culturales, ven amenazada su existencia y salud.
Y, sin embargo, existen virus todavía más dañinos y mortales para el ser humano que el porcino. Antes de saber cuales son quisiera hacerle algunas reflexiones...
Por peligroso que sea un virus o una bacteria, es bueno recordar que forman parte del mecanismo que los humanos usan para reforzar o fortalecer su sistema inmunológico y de defensa. Así ha sido por los últimos 7 millones de años, asumiendo que ese es el tiempo que el humano tiene en el planeta tierra.
De la misma forma, en la vida en general, son los retos y amenazas los que nos hacen más fuertes. Son, finalmente, los mecanismos a través de los cuales construimos y usamos nuestras más grandes fortalezas.
Sin pretender negar a los creyentes la necesidad de tomar medidas de precaución recomendadas y sin tampoco reducir la percepción de peligrosidad de esta situación, si me es interesante darme cuenta de que súbitamente, la mayoría de los seres humanos está descubriendo algo que ya sabíamos desde que nacemos: que somos mortales.
En mi muy personal punto de vista, no somos más mortales ahora con esta amenaza de epidemia que lo que éramos hace uno o dos meses. De hecho, pienso que las probabilidades de morir son exactamente las mismas que siempre han sido: en cualquier momento.
Y sin tampoco tratar de ser optimista de manera simple, me es evidente que esta amenaza pasará de forma inevitable y que en algunos días tendremos noticias de cómo fuimos salvados por las extraordinarias medidas de control que tomaron los políticos y gobernantes, quienes demostraron una vez más que somos la más alta preocupación de sus vidas. Nuevos héroes nacionales se darán a conocer en los próximos días, ya verá.
Y sin embargo, cuando todo esto haya pasado y sea parte de la historia y estadística, todavía seguiremos siendo víctimas del virus más mortal y peligroso que existe: el VEM (Virus de Escasez Mental) y su cepa mutada más reciente la NTCSMV (No Tengo Control Sobre Mi Vida).
Este insidioso y resistente virus tiene la cualidad de no tener sintomas aparentes y se disfraza de normalidad con mucha facilidad. Es contagiosísimo y puede transmitirse de cualquier manera, aunque no haya contacto ni estemos en presencia de la persona previamente infectada.
Es el único virus del mundo que se puede inclusive transmitir en cualquier medio escrito o por mensaje de correo electrónico, ya no se diga en medios auditivos, a los que ciertas personas parecen ser más susceptibles o sensibles todavía. Y, sin embargo, el medio más eficaz y reciente parece ser el que involucra video y grandes y coloridas gráficas.
Se ha encontrado que uno de los efectos de la enfermedad es que en casos no poco frecuentes, por cierto, las personas infectadas llegan al extremo de defender su enfermedad contra cualquier vacuna o remedio que se les enseñe. En un caso atípico, se vuelven resitentes al remedio y no a la enfermedad.
Es un virus peligroso y dañino, sin duda. Tanto que existen personas que se auto denominan como curadas y siguen estando infectadas hasta la médula del mal y, aún sin proponérselo continuan expandiendo el virus entre amigos y familiares.
En lo único que parece compartir con sus hermanos virales es que los grupos de riesgo están entre niños y adultos mayores. Los primeros porque son muy fácilmente contagiables, los segundos porque demuestran una resistencia extraordinaria para la erradicación del mal. Aunque es justo decir que ambas condiciones se pueden encontrar a cualquier edad.
Según los biólogos, nos está claro si se les puede considerar como organismos vivos o no vivos, pero lo que sí queda claro es que los infectados están claramente del lado de los zombies.
Y, repito, cuando todo este asunto de la Gripe Porcina haya terminado el NTCSMV seguirá campando por sus raudales sin que nada ni nadie le haga frente.
En mi concepto este último es un virus mucha más peligroso, por cuanto que su principal fortaleza reside en que no es fácilmente identificable y no existen medidas preventivas, tales como el uso de máscaras o el lavado frecuente de manos o el no permanecer en concentraciones masivas de personas. Adicionalmente, las fuentes de contagio son innumerables y están en cualquier lugar, visible o invisible.
Pero sí existen medicinas, y muy efectivas. Y una vacuna, por cierto. La vacuna se llama AUTOCONOCIMIENTO, porque cualquier persona que se conoce a sí misma, sabe que el NTCSMV es un virus mental y que es más falso que un billete de 3 dólares (o de 15 pesos, para los efectos).
La medicina más eficaz es la INFORMACIÓN CORRECTA y se obtiene de fuentes tan a la mano como libros, seminarios, conferencias. Aunque también la vida entera está plagada de fuentes de información. Sólo basta con observar detenidamente un amanecer para darse cuenta del mundo tan grandiosamente bello y perfecto en el que vivimos. O dedicarle simplemente varios minutos al día a apreciar las extraordinarias cualidades exclusivas de su pareja o hijos.
O simplemente, ser capaz de encontrar algo valioso que agradecerle a la vida en este momento. ¿Puede encontrar algo así como esto último en este instante? Perfecto, porque está camino de la inmunidad.
El NTCSMV (No Tengo Control Sobre mi Vida) se ha visto reforzado en los últimos tiempos con el bombardeo de información al que estamos sometidos y cuya idea fundamental es hacernos creer que no tenemos control sobre nuestras finanzas (crisis mundial) ni sobre nuestra salud (Virus Porcino) y que otras personas o situaciones externas vendrán, si Dios quiere, a nuestro rescate. De otra forma, no tenemos remedio.
Sin embargo, una pequeña dosis de la medicina mencionada o de la vacuna en cuestión, nos llevará directamente al desarrollo de la inmunidad total, conocida como EPEM (El Poder Está en Mí).
Vacúnese en su centro de salud más cercano. El 15 de mayo llevaremos a cabo una campaña masiva de vacunación e información en un evento llamado Diseñanado su Destino, en el hotel Suites del Angel, en el DF. Más información en esta liga http://neuromanagement.net/semi1.htm .
Mientras tanto, no deje de tomar las precauciones necesarias para la Gripe Porcina, y tampoco se olvide de desarrollar el EPEM. Una vez desarrollado, empezará a contagiar a las demás personas y será un contagio que le agradecerán toda su vida.
Piense en ello.
Francisco Cáceres Senn